Contraportada:
Hace un siglo, cuando Japón dejaba de ser una sociedad feudal aislad para convertirse en una nación moderna, un educador japonés se preguntó sobre la ética de su pueblo, dando a luz esta fecunda obra que le convirtió en el autor japonés más conocido en Occidente. Él encontró en el bushido, «el camino del guerrero», el origen de las virtudes más admiradas por su pueblo: la rectitud, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la sinceridad, el honor, la lealtad y el autocontrol. Enfocó su tarea desde un punto de vista ecléctico y de amplio alcance. Por un lado, la obra ahonda en las tradiciones autóctonas como el budismo, el sintoísmo, el confucianismo y las directrices morales transmitidas a lo largo de cientos de años por los samuráis y sabios de Japón. Por otro lado, busca similitudes y contrastes, citando no solo a filósofos y estadistas occidentales, sino también a los moldeadores del pensamiento y la civilización europea y norteamericana, retrocediendo hasta los romanos, los griegos y los tiempos bíblicos.
Biografía del autor:
INAZO – NITOBE nació en 1862 y comenzó el estudio de la lengua inglesa a la edad de nueve años. Entró en la Escuela Agríco la de Sapporo en 1877, y en 1883 en la Universidad Imperial de Tokio. En Estados Unidos estudió Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Johns Hopkins, desde 1884 a 1887. En Alemania, desde 1887 hasta 1890 cursó estudios en varias universidades, obteniendo el doctorado (el primero de cinco) en Economía Agraria. Como educador, Nitobe enseñó primero en la Escuela Agrícola de Sapporo. Entre 1903 y 1919 obtuvo una cátedra en la Universidad Imperial de Kioto, fue director de la First Higher School y luego catedrático en la Universidad Imperial de Tokio. También fue el primer presidente de la Universidad de Mujeres Cristianas de Tokio. En 1918 asistió a la Conferencia de Paz de Versalles y llegó a ser subsecretario de la Liga de Naciones. Fue miembro de la Cámara de Pares desde 1926 a 1933, y desde 1929 a 1933 fue presidente del Instituto para las Relaciones en el Pacífico. Mientras estaba en la Universidad Imperial de Tokio, Nitobe expresó su deseo de llegar a ser un puente entre Oriente y Occidente. Se hallaba en tal misión, liderando la delegación japonesa en una conferencia internacional en Canadá, cuando murió en Victoria, Columbia Británica, en 1933.
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